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Por culpa de los amortiguadores traseros…

Ese fantástico papamóvil que lleva mis huesos por carreteras y caminos debía pasar esta semana su riguroso y obligatorio examen de ITV, como corresponde al desgaste por uso y ancianidad. Llevaba cambiadas las ruedas, los aceites, los líquidos de frenos, las correas y no sé cuántas cosas más, pero le dijeron "nones" por culpa de los amortiguadores traseros. Deben estar hechos unos zorros y no queda otra que ponerlos nuevos. Y uno se pregunta ¿cómo es posible que se estropeen los de atrás, si el dueño va siempre delante?

Es muy probable que los que entienden de coches sepan perfectamente el porqué. Pero quien esto escribe domina el mundo de la automoción como el de las cuentas de resultados, patrimonios y demás. Esta semana se presentaron balances y presupuestos, cuadros, colorines, cálculos exactos de la realidad realista y del punto en el que se encuentra el club tras los eres, leyes concursales y demás medidas que en todo caso trataron de reflotar el club, del mismo modo que el Motxo embarrancado frente a nuestras costas.

No hace mucho tiempo, el presidente Aperribay tuvo paciencia y voluntad para explicarme personalmente los avatares y las previsiones que hicieran posible la viabilidad de los proyectos y la existencia del club. Aquellos números que fueron públicos trataban de amortiguar el batacazo. Parece que el camino es bueno.

Del deportivo no nos salvó nadie y nos fuimos a Segunda como estaba cantado. El esfuerzo de muchos tardó tres años en cuajar y devolver al equipo, a la entidad, a los aficionados, a la prensa, a los restaurantes, bares, cafeterías, iglesias, taxistas y personal de campo a Primera. Visto lo visto, se trata por tanto de quedarse. Ése es el objetivo. Lo saben las personas frías y calculadoras. Martín Lasarte lo es. En su cabeza y en la de quienes le acompañan en el periplo figura un 43 como la copa de un pino. El triunfo en Málaga enseñó muchas cosas. Hay que hacer caja para amortiguar las malas rachas que puedan llegar. El calendario inmediato da yuyu. Por eso, el abrazo final de los protagonistas en La Rosaleda, y la machacona insistencia de todos los jugadores en destacar en sus declaraciones el partidazo de Markel y Elus, no hicieron sino confirmar la fortaleza interior y la solidaridad de los futbolistas.

Le pregunté a Bergara precisamente en ese turno de opiniones desde cuándo no sonreía. La respuesta inequívoca "desde hace tiempo" ponía a colación el mal trago vivido durante semanas tras la mala noche de El Reyno de Navarra. Su lesión ha sido la peor noticia en tiempo y ha trastocado seguro los planes del entrenador, pero él sabe que se ha levantado muchas veces y ahora también.

Nos quedamos entonces con las ganas de saber qué planes diseñaba el técnico para afrontar la semana con tres partidos en siete días, dos de ellos lejos del dulce hogar. La inclusión del mutrikuarra Illarramendi creaba expectación. Falsa alarma. Salieron y jugaron los clásicos. Los goles iniciales dan tranquilidad. El pase de Xabi Prieto y el remate de Llorente abrieron el camino a los seis minutos. Desde ahí y hasta la meta, el equipo logró ocasiones para sentenciar mucho antes, pero le faltaron paciencia y acierto. Cosas mejorables como aseguró el goleador en su comparecencia.

Iñaki de Mujika