El Beaterio de Iñaki de Mujika

Ponga una señora en su mesa

Cuando Ibarretxe fue elegido lehendakari, sentó a una dama en su mesa y le nombró vicelehendakari. La señora Zenarruzabeitia acude desde entonces a todos los foros en los que debe lidiarse algún Miura y consigue para su territorio, a trancas y barrancas, no sé cuántos millones de euros, torea los rollos del cupo y saca adelante sus presupuestos. Con su cara lánguida, como si diera cuando pide, se trae, a poco que se despisten, un tren debajo del brazo.

Cuando Zapatero fue elegido presidente, sentó a otra dama en su mesa y le nombró vicepresidenta. La señora Fernández de la Vega, también soltera, torea lo que le echen. Se pelea con quien haga falta. Impasible el ademán, te mira por encima de las gafas, te pega cuatro largas cambiadas, te deja tiritando y no le frena ni el tren que se trae la vicelehendakari. Cuando tiene las pilas bajas, se las carga la señora Salgado que deja al país sin tabaco y a los estancos, bares, cafeterías, restaurantes y kioscos fumando en pipa.

Cuando Fuentes fue elegido presidente, a falta de una, sentó a dos damas en su mesa. La señora De la Peña y la señora Salegi, ayer en Balaidos,han hecho su trabajo de “I+D”. Investigación y desarrollo de un proceso de análisis de la situación y de búsqueda de respuestas al problema suscitado. La vicepresidenta agarró el micrófono, enseñó la dentadura Profidén y, aunque los cuernos del beaterío le rozaron la taleguilla varias veces, salió indemne de los derrotes. Sacó adelante el presupuesto, la ampliación, la subida de cuotas y, si se lo propone, consigue vías para que el tren de la vicelehendakari tenga parada en Anoeta.

Cuando Amorrortu fue elegido entrenador, no sentó a ninguna dama en su mesa. Miró a la derecha. Todos tíos. Miró a la izquierda. Más tíos. Miró de frente y se encontró con los suyos. Los arremolinó a su vera y les habló de ovarios. Se miraron unos a otros: ¿No era cuestión de huevos?.El mister, cuando llegó hace un año, cogió aguja e hilo. Hilvanó el traje y salió de pasarela con Xabi Alonso, Alkiza, Kovacevic, Karpin, Aranburu, Arteta, Rossato, Luiz Alberto, Nihat y Jeremie formando la guardia pretoriana. Las damas del beaterío se pirraban.

De aquella colección de primavera, ayer en Vigo, de corto, no quedaba ni uno. Apareció Canobbio con su modelito de quita y pon, e hizo estragos por lo refinado. Entre las damas, murmullos de aprobación. Luego, vinieron nuestros trapitos aseados. Ahora que se lleva escote y falda corta, nosotros salimos con sotana franciscana. Sin encanto y con desencanto. ¡Las ostras y los percebes, bien. Gracias!

Iñaki de Mujika