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A vueltas con el derby

No sé si tengo muchas ganas de que den las seis de la tarde del sábado. En Gal se van a mirar de frente el Real Unión y la Real, en partido oficial y en la misma categoría. Como en los viejos, muy viejos tiempos!. Las cosas han cambiado mucho desde entonces. Los dos en la pelea pero con distintos objetivos.


La Real a lo suyo, mirando cada vez más cerca el objetivo del ascenso. Pero no vale sólo con verlo, hay que tocarlo y agarrarlo. Los realistas no hace mucho tiempo vivieron situaciones análogas y todo se les escapó como el agua entre los dedos. Hace un par de años en Mendizorroza recibieron la medicina que su enfermedad no necesitaba. ¿O sí?. La historia del club, con Iñaki Badiola al frente y en Primera, posiblemente hubiera sido muy distinta.

Los unionistas se aferran a la salvación con un esfuerzo ejemplar desde que comenzó el campeonato. La fe mueve sus montañas y el triunfo en Tarragona ha puesto más luz en su tenebroso camino. Hoy por hoy, la salvación se encuentra a dos puntos. Lo que tantos años costó conseguir no quieren perderlo. Cualquier otro equipo, sin sentimientos, hubiera perdido la categoría hace semanas.

Así se presenta por tanto el derby guipuzcoano. Los dos equipos disponen de futbolistas que han defendido ambas camisetas y por ello saben perfectamente lo que se piensa en cada vestuario. El partido lo juegan ellos. Hay, sin embargo, otra partida más ardorosa en la grada. Los aficionados abarrotarán Gal, y si el recinto irundarra dispusiera del doble de capacidad, también se llenaría. La expectación es inusitada y no quedan entradas ni en la reventa. Aquí no hay crisis sino emociones y sentimientos. A las ocho de la tarde, este sábado, unos y otros volverán a echar cuentas. Y ojalá nadie hable del árbitro, pero la presencia de Pino Zamorano crea cuando menos alarma.

Iñaki de Mujika