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Optimizar recursos y manejarlos

El baloncesto ha vuelto a ofrecer una lección, explicando que el dinero no lo puede todo. El Baskonia vitoriano debió recortar su presupuesto al principio de temporada. Los recursos son los que son y deben manejarse con eficacia. El club que preside Josean Kerejeta hace mucho tiempo que encontró el camino, el bueno, el que debe seguirse para consolidar una institución como la suya. La realidad lo demuestra.


Ayer cerró un nuevo ciclo, culminado con un éxito que significa ganar la liga. ¿A quienes?. A los dos más grandes. Primero eliminó en semifinales al Real Madrid, necesitando cinco partidos. Ahora, en tres, se ha despachado al Barcelona, campeón de Europa y máximo favorito al entorchado. No ha sido decisivo el cansancio acumulado, no ha sido decisivo el factor cancha, no ha sido decisivo el presupuesto…ha ganado el espíritu. Ese que ahora llaman espíritu Baskonia.

Cuando concluyó el partido Tiago Splitter se encontró con un micrófono y sin que le preguntaran lo expresó claramente: "Nadie daba un duro por nosotros, pero por cojones somos campeones". Es decir, que la entrega, la disciplina, la confianza, que son realidades no tangibles, han sido decisivas. Posiblemente, también su entrenador. Ivanovic gana de nuevo la liga. Concluye el partido, se gira al banquillo visitante y busca la mano de su sucesor Xabi Pascual. Las caras de ambos delatan los sentimientos. Frente a un sonrisa indisimulada, un rictus de disgusto. Maestro y alumno, frente a frente.

El Baskonia sirve, por tanto como ejemplo, a tantas entidades que tratan de sobrevivir a las crisis deportivas, económicas y de identidad. Optimizar recursos y manejarlos con habilidad conducen al éxito. Al menos, en la entidad alavesa. El Baskonia gana la liga y compite sin temores con los dos grandes monstruos. Cambian los nombres, pero no el estilo. Un estilo, campeón. Los vitorianos constituyen una sociedad que solo se dedica al basket, en tanto que Real Madrid y Barcelona son derivas, secciones de un enorme club de fútbol. Por eso, hablamos de espíritu propio, de razón de ser única y exclusivamente dedicada al deporte que profesan.

 

Iñaki de Mujika