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¡Pedazo de gol, la madre que le parió!

Andaba dando cabezazos en el sofá de casa, esa especie de siesta tontorrona después de comer, con el partido de los Manchester de fondo. El primer encuentro en la tarde de los sábados que suele ofrecer espectáculo. Un derby local apasiona y en esa fea ciudad inglesa, aún más. Conviven dos equipos. El campeón y el que aspira a serlo a base de desembolso y pasta gansa en los contratos. Cuando abrí los ojos quedaba como un cuarto de hora y el luminoso (qué hortera manera de llamar al marcador) reflejaba empate a uno. El partido estaba bien, de ida y vuelta. Cualquier cosa podía pasar. Pasó. ¡Joder que si pasó!.

 


Atacaban los de Ferguson persiguiendo el gol en la meta de Hart. Ese jugadorazo que es Nani buscó con su centro una aparición, no sé si mariana o divina, pero aparición. Surgió el "culo gordo" de Rooney. Se levantó como si fuera a volar, de espaldas a la portería, se marca una chilena de ensueño y manda la pelota por la escuadra. Salto del sofá, que ya es difícil, y sale de dentro un espontáneo "la madre que te parió". Lo veo repetido diez veces y os lo recomiendo, porque merece la pena. ¡Cuánta capacidad de decisión y qué pocos miedos!.

A lo mejor este Wayne no es guapo, ni tiene los ojos verdes, ni se depila, ni es metrosexual, ni se echa colonia DG, ni se viste de Armani, pero le tocaron con la varita mágica los hados del fútbol y aparece como los más grandes cuando su equipo le necesita para ganar. Parece que, en lugar de la "tableta" escultural de los que enseñan pectorales y abdominales, se intuye una kupela que las birras le van redondeando. Da igual. ¡Si las enchufa!.

Salvadas las distancias, la tarde dominical nos ofrecía también un derby con equipos menos estelares, pero pasionales tanto o más que los ingleses. Los dos asomaron con bajas. Xabi Prieto, Llorente, Aranda y Sergio faltaron a la cita y sus técnicos debieron cambiar planes y diseñar estrategias. El "quitanieves" Demidov debutó ante su público a lo grande. Sarpong cató la banda derecha, al tiempo que De la Bella volvía al lateral izquierdo y Aranburu templaba el diapasón en un formidable encuentro. La Real llegaba y rozaba el gol, pero dimos demasiadas patadas al aire. Los minutos transcurrieron al tiempo que el partido se abría en una peligrosa ida y vuelta. Osasuna no inquietaba pero metía dinamita en el ataque. Cualquier cosa podía pasar. Pasó. ¡Joder que si pasó!.

Atacaban los de Lasarte persiguiendo el tanto en la meta de Ricardo. Faltaba también aquí un cuarto de hora para el final. Dani Estrada volvió a dar otro pase de gol, el tercero en tres semanas. Lo agarró Tamudo, encocorando a la defensa rojilla. Lo remató primero y lo remachó con sutileza tras el rechace del meta. Salté de la silla en la cabina y no solté un espontáneo "la madre que te parió" porque estaba transmitiendo. Le dí el mismo valor. ¡Pedazo de gol, Raúl!. ¡Cuánta capacidad de decisión y qué pocos miedos!.

 

Iñaki de Mujika