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Sigue el baile

Estamos en abril y aún siguen cayendo entrenadores. El Almería ha vuelto a delinquir. Se da la circunstancia de que el club andaluz está en manos de un propietario que hace y deshace a su albedrío, según venga la marea. El año pasado se la jugó eligiendo a Lillo para salvar los muebles de la entidad. Acertó. Este año a mitad del camino y después de un 0-8, prescindió de él. Lo dejó todo en manos de José Luis Oltra al que elogió mucho en el acto de presentación destacando valores. Los ha perdido, porque ya no es el entrenador del equipo. Recurre, a falta de ocho jornadas, a Roberto Olabe. El técnico alavés era el director deportivo cuando el Almería subió a Primera. Se lleva como ayudante a Mikel Antía, que tanto me ha ayudado en las transmisiones de radio con sus atinados comenatarios.


El Tenerife lo supera todo. Comenzó con Gonzalo Arconada, siguió con Juan Carlos Mandiá, continuó con Antonio Tapia y ahora elige a David Amaral. Cuatro entrenadores para una plantilla que a estas alturas debe andar turulata ante tanto cambio. Cuatro temperamentos, cuatro métodos, cuatro sistemas, para nueve meses de competición. Y como en Segunda hay más jornadas, a lo mejor les da tiempo y añaden un quinto hombre a la lista. Increíble pero cierto.

El Barakaldo también ha sufrido los vaivenes del trajín. La primera apuesta parecía buena. Mikel Arruabarrena afuantaba el tipo. Técnico joven, con ilusión, llevaba bien al grupo y le daba un sello particular. No hubo paciencia y se buscó un revulsivo de experiencia. Sin suerte, porque los gualdinegros se han pasado una vuelta entera sin ganar un partido. Nueva decisión, que arrastró al director deportivo y al entrenador llamado a salvar los muebles, Alfonso del Barrio. Los fabriles están a diez puntos de la salvación con seis jornadas para obrar el milagro en manos de Pedro Platas. Misión casi imposible.

A la vista de las situaciones reflejadas, cabe preguntarse si la sustitución de entrenadores, así como así, es un valor real o un surco que hace más grande la herida. Las decisiones se toman casi siempre a la desesperada, aunque hay ejemplos más incomprensibles. Por ejemplo, el Ceuta prescindió en diciembre de su técnico Joao de Deus cuando el conjunto caballa ocupaba puestos de play-off. Ahora, con el cambio que supuso la llegada de Andoni Goikoetxea, dista cuatro puntos del objetivo. A lo visto, en tiempos de crisis, las tesorerías no se sonrojan y siguen tirando de talones. La pregunta clave es saber, si estas decisiones son las últimas o quedan más. Conociendo el percal, no me atrevo.

 

 

Iñaki de Mujika