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Mateo Garralda

Mateo Garralda es un "rara avis" del balonmano. En diciembre cumplirá cuarenta y dos años, edad suficiente para haberse retirado hace tiempo. No es su caso, porque, después de vivir una nueva experiencia en las danesas tierras de Holding durante tres temporadas, vuelve a la liga Asobal para defender los colores del Guadalajara.


Es asombroso. Hablamos de un jugador que ha sufrido graves lesiones en sus rodillas, operadas varias veces. Incluso se llegó a especular que su continuidad en el deporte de alta competición era complicada. Aquellos augurios siendo joven nada tienen que ver con las dos décadas de imponente rendimiento posterior. Mateo ha disputado cuatro juegos olímpicos, ha colgado de su pecho unas cuantas medallas y dispone de un palmarés al alcance de muy pocos. Leerlo, asombra.

Su nuevo entrenador, Fernando Bolea ha dicho "sí" a la posibilidad de reforzar con el jugador de Burlada el siempre complicado y exigente lateral derecho. ¡Ponga un zurdo en su mesa!. Es el suyo un puesto habitualmente complicado de cubrir. Puede que juegue en defensa, en ataque, en ambas posiciones. Dependerá de su condición y de las necesidades de un equipo humilde que en el primer año de competir entre los mejores fue capaz de mantener la categoría.

Ese vuelve a ser el objetivo alcarreño, aunque el jugador navarro añadió en su presentación que además "queremos que los aficionados se sientan orgullosos de su equipo". Hace tiempo que no le veo jugar, pero seguro que aparece cuando las cosas se tuerzan.

Cabe hacerse varias preguntas. La primera le relaciona además con un compañero de fatigas con el que ha compartido muchos años de vida: Tomas Svensson. ¿Qué hacen en la alta competición deportistas que han superado los cuarenta?. ¿Qué les motiva para continuar en la cancha?. ¿Por qué no se deciden a entrenar?. ¿Las nuevas generaciones no son capaces de relevarles?. ¿Los clubes se deciden todavía por los nombres y su repercusión mediática?.

Para esas preguntas no dispongo de respuestas claras, ni rotundas. Mateo Garralda, obviamente, sí.

 

 

 

Iñaki de Mujika