Iñaki de MujikaLos clubes de Primera División se han vuelto a reunir en Madrid para hablar del reparto de dividendos televisivos. Están locos por ingresar más euros en sus cuentas. Dice el presidente del Sevilla que es aplastante la mayoría de entidades que propugnan un cambio en las estructuras de funcionamiento de la Liga, porque quieren que sea ésta precisamente quien negocie colectivamente los acuerdos con las plataformas.
A día de hoy, los contratos vigentes se firmaron de forma individual. Cada sociedad acordó unilateralmente sus parámetros. Unos se decidieron por Mediapro. Otros por Sogecable. Incluso, es el caso por ejemplo de la Real Sociedad, a día de hoy viven con una plataforma y a corto plazo cambiarán a la otra según las decisiones y convenios firmados. A su manera, la fecha del 2015 es la última con documentos en vigor. Es precisamente a partir de esa temporada cuando se pretende negociar conjuntamente,
La Primera División por un lado y la Segunda por el suyo. Lo de un club un voto ha servido hasta ahora para que la categoría de plata, porque son más, haya decidido muchas de las cuestiones. Ahora pretenden separar unos de otros, porque los problemas son diferentes y supongo que las soluciones también. Sin embargo, la ruptura no parece fácil porque los todopoderosos apoyan al G-30, es decir, a todos los de Segunda y los más modestos de Primera. No hay cambio posible sino es a través de la modificación de la ley.
Buena parte del futuro por tanto está en manos de Barcelona y Real Madrid. Son los ricos de este asunto. Generan más atractivo que nadie. Cuentan con los mejores jugadores. Enganchan a más espectadores que nadie y son quienes disponen de los contratos más suculentos. Por ahora, asisten a las reuniones y dicen que con una postura comprensiva. Dirán que sí siempre que no les toquen su actual status. Dirán que no, si el resto de componentes aspira a quitarles parte de su botín para repartirlo entre los menos pudientes.
Desde hoy hasta la fecha prevista tienen tiempo de sobra para decidir, para llegar a acuerdos y para salvar los muebles de cada casa. La ruinosa situación de las entidades lleva camino de convertirse en drama. Cada vez se ven las gradas más vacías. Han dejado de pensar en los aficionados para dedicarse sólo a recaudar y ese no parece ni el único, ni el mejor camino.Abriendo conflictos por donde pasan (incluido el canon de las emisoras) sólo muestran habilidad en complicar las cosas.
