El partido que en Anoeta enfrenta a la Real Sociedad contra el Málaga va bastante más allá que el valor de los puntos. Son tres, pero si estos no se quedan en casa, es probable que Montanier deje de ser el entrenador del club guipuzcoano. Sobre todo, si se pierde. El francés lleva sentenciado desde hace tiempo. Convive con un ultimatum del que puede salir airoso si su equipo gana este domingo. Por eso, quienes controlan la situación saben que estamos ante otro final.
El sustituto espera pacientemente en el sofá de su casa desde hace más de una semana. Hay acuerdo con quien va a hacerse cargo del vestuario realista siempre que se den todas las circunstancias. La primera, obviamente, el cese. En el Benito Villamarín se salvó por la campana, o mejor dicho por el tantarantán de Iñigo Martínez que valió tres puntos y una prórroga en su confianza. Varios jugadores comprobaron que los directivos no pusieron buena cara, pese a ganar. Quizás estaban preparados para una derrota y lo que conllevaba.
Mucha gente con la que me encuentro por la calle se pregunta por qué el consejo no asume la decisión si están todos de acuerdo. Las razones por las que se quiere prescindir del técnico son más profundas y van más allá de un resultado u otro. Tratando de entender a los rectores, es posible que haya pesado la imagen exterior que hubiera supuesto echar a un entrenador después de ganar.
La confianza en Montanier está perdida, incluso entre quienes apostaron por su fichaje. Pero ha hecho cosas tan raras en el manejo del vestuario, en el planteamiento de los partidos, en los sistemas de juego empleados, en los cambios de futbolistas en los partidos, en las convocatorias…que no dejan ver al entrenador al que tanto se loaba desde los palmeros comités de bienvenida. Ahora, a la vista de los acontecimientos toca reubicarse.
Estoy en el lado de los que no creen en este técnico, pero quiero que el equipo gane. Es la obligación de los futbolistas tratar de sumar los tres puntos ante los malacitanos, porque tras el paso de los de Pellegrini por Anoeta, nos esperan dos desplazamientos comprometidos a Villarreal y Santander, consecutivos, más la eliminatoria de Copa contra el Granada. Todo antes de Navidad. Luego, el descanso vacacional. Oportunidad para tomar decisiones de cambio o para apuntalar y consolidarse. Por eso, el partido frente a los andaluces vale mucho más de lo que se piensa.