¡Gracias a ti pudimos hacer realidad un sueño!.
Esa es una de las frases afortunadas que los corredores de Euskaltel Euskadi escribieron en la carta que con motivo del homenaje-agradecimiento a Miguel Madariaga le entregaron en el acto de la despedida.
A partir de ahora, las cosas no serán mejores, ni peores, sino distintas. El equipo profesional contará con corredores que proceden de otras latitudes que vienen ahora a aprovechar la oportunidad que les brinda un reglamento que obliga a los equipos a adoptar decisiones contrarias a su voluntad, pero obligatorias. Ya saben la historia de los puntos UCI…
Hablaremos de un antes y un después de Madariaga. Cuando este proyecto se inició había muchas dudas. Pasado el tiempo, por encima de más o menos victorias, el fervor del público, la implicación de los corredores y el asentamiento en el concierto internacional, han sido decisivos a la hora de valorar la travesía como un acierto.
A día de hoy, los desvelos de muchos en el tiempo situaron al equipo naranja entre los elegidos para competir en el Tour y formar parte de la elite de los World Tour, la máxima categoría de las formaciones ciclistas.
Seguro que en el tiempo ha habido nubes y claros y que mientras a unos ciclistas les ha ido formidables, otros salieron decepcionados. La última plantilla del viejo proyecto es la que ha galvanizado todos los sentimientos para agradecerle a Madariaga los esfuerzos. Les dio la oportunidad de ser profesionales y de crecer como personas en la propia competición.
Ahora se separan los proyectos. Los profesionales por una parte, mientras que los aficionados irán por la suya, sin dependencia. “Sin ti no hubiera sido posible. Sabemos que seguirás luchando conla Fundación Ciclista Euskadi, pero te echaremos mucho de menos”, concluía la carta de los sentimientos expresados.